Contar con infraestructura vial en buen estado resulta fundamental para mejorar la seguridad vial, reducir los incidentes y los costos operativos, y minimizar el impacto ambiental de la actividad. Además, proveer datos precisos y actualizados ayuda a las empresas a capacitar a sus conductores sobre los riesgos específicos de cada ruta. El relevamiento se realiza con diferentes sistemas de monitoreo, evaluación y geolocalización que permiten clasificar tramos de entre 7 y 10 km de acuerdo con el estado de conservación de la ruta y los elementos que hacen a la seguridad y buen tránsito, como la demarcación horizontal, la señalética y las banquinas, entre otras cuestiones.
Teniendo en cuenta esa información, y de acuerdo con el estado en el que se encuentra la ruta, se asignan diferentes colores para la generación de un mapa que permite tener una interpretación rápida y sencilla de la situación.